Las viviendas antiguas poseen un encanto innegable: su historia, su arquitectura singular y, a menudo, una construcción robusta. Sin embargo, también suelen compartir un inconveniente común: una eficiencia energética deficiente. Las facturas de calefacción y refrigeración pueden ser desorbitadas, y el confort térmico interior deja mucho que desear. En este contexto, el aislamiento por insuflado surge como una solución cada vez más popular, pero ¿es realmente adecuado para las particularidades de una casa con varias décadas o incluso siglos a sus espaldas?
¿En qué consiste el aislamiento por insuflado?
Antes de evaluar su idoneidad, entendamos el proceso. El aislamiento por insuflado, también conocido como soplado, consiste en introducir material aislante en formato de fibras sueltas o granulado (como celulosa, lana de roca, fibra de vidrio o perlas de EPS) en las cavidades existentes de la vivienda. Estas cavidades suelen ser las cámaras de aire de los muros exteriores, falsos techos, bajo cubiertas o forjados sanitarios. Se realiza mediante pequeñas perforaciones en el interior o exterior del paramento, a través de las cuales una máquina especializada inyecta el material hasta rellenar completamente el espacio.
Ventajas del insuflado en viviendas antiguas
Para las casas antiguas, este sistema presenta varias ventajas significativas:
- Mínimamente invasivo: Esta es quizás su mayor baza. A diferencia de otros métodos que requieren obras mayores (como trasdosados interiores que reducen espacio o SATE exterior que puede alterar fachadas protegidas), el insuflado apenas altera la estructura o estética original de la vivienda. Las perforaciones son pequeñas y se sellan fácilmente.
- Adaptabilidad a irregularidades: Las construcciones antiguas raramente tienen cámaras de aire uniformes. El material insuflado se adapta y rellena todos los huecos, rincones y fisuras, creando una barrera térmica continua y eliminando puentes térmicos, algo difícil de lograr con paneles rígidos.
- Mejora notable del confort y eficiencia: Al rellenar las cámaras vacías, se reduce drásticamente la pérdida de calor en invierno y la ganancia en verano. Esto se traduce en una temperatura interior más estable, menor dependencia de los sistemas de climatización y, por ende, un ahorro considerable en las facturas energéticas.
- Rapidez de instalación: Generalmente, el proceso de insuflado en una vivienda unifamiliar se completa en uno o dos días, causando mínimas molestias a los ocupantes.
- Aislamiento acústico: Muchos materiales insuflados, especialmente la celulosa y la lana de roca, ofrecen también una mejora en el aislamiento acústico, reduciendo el ruido proveniente del exterior.
Consideraciones cruciales antes de insuflar en una vivienda antigua
A pesar de sus beneficios, no se puede aplicar el insuflado a la ligera en edificaciones vetustas. Es imprescindible una evaluación profesional previa que tenga en cuenta varios factores:
- Estado de los muros y cámaras de aire: Se debe verificar que los muros estén en buen estado y que la cámara de aire sea apta (limpia, sin escombros excesivos y con un espesor mínimo viable). Un endoscopio permite inspeccionar el interior de la cámara.
- Gestión de la humedad: Este es el punto más crítico. Las casas antiguas suelen tener un comportamiento higrotérmico diferente a las modernas. Es vital asegurarse de que no existan problemas de humedad previos (capilaridad, filtraciones). Insuflar en un muro con humedad puede agravar el problema al dificultar la evaporación. Algunos materiales gestionan mejor la humedad que otros (la celulosa tiene cierta capacidad higroscópica, la lana de roca es hidrófoba).
- Ventilación: Un buen aislamiento debe ir acompañado de una ventilación adecuada para evitar problemas de condensación interna y asegurar la calidad del aire. En casas antiguas, esto puede requerir soluciones específicas si se sellan demasiado las infiltraciones naturales.
- Instalaciones existentes: Hay que tener precaución con instalaciones eléctricas o de fontanería antiguas dentro de las cámaras. Ciertos materiales aislantes podrían ser incompatibles con cableados obsoletos (p.ej., cableado textil).
- Tipo de fachada: Si la fachada está protegida o tiene un valor histórico-artístico, el insuflado desde el exterior puede no ser una opción, debiendo realizarse desde el interior.
- Elección del material: No todos los materiales son iguales. La celulosa (proveniente de papel reciclado) es ecológica y transpirable. La lana de roca ofrece gran resistencia al fuego y a la humedad. La fibra de vidrio es una opción económica. Las perlas de EPS con grafito son muy eficientes. La elección dependerá de las características de la vivienda y el clima.
Conclusión: Una solución viable con la debida diligencia
En resumen, el aislamiento por insuflado SÍ puede ser una excelente opción para mejorar la eficiencia energética y el confort en viviendas antiguas, precisamente por su capacidad para adaptarse a estructuras irregulares con una intervención mínima. Permite conservar el carácter y la integridad del edificio mientras se moderniza su rendimiento térmico.
Sin embargo, el éxito radica en una planificación cuidadosa y una ejecución profesional como InsuflaTec. Es fundamental realizar un diagnóstico exhaustivo previo por parte de especialistas que evalúen el estado de la vivienda, identifiquen posibles problemas de humedad o estructurales, y recomienden el material y la técnica de aplicación más adecuados. Con la debida precaución y el asesoramiento experto, el insuflado puede devolverle la vida confortable a una casa antigua, haciéndola más sostenible y agradable para vivir durante muchas décadas más.
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