El invierno llega y con él, la preocupación por la factura de la calefacción. Mantener un hogar cálido y confortable puede suponer un desembolso considerable, pero ¿y si hubiera una forma eficaz de reducir drásticamente ese gasto sin sacrificar el confort? El aislamiento por insuflado se presenta como una solución estrella para mejorar la eficiencia energética de las viviendas, y una de sus promesas más atractivas es la reducción del consumo en calefacción. Pero, ¿cuánto podemos esperar realmente?
Entendiendo el Aislamiento Insuflado y su Impacto
Antes de cifrar el ahorro, es crucial entender qué es el aislamiento insuflado y cómo funciona. Esta técnica consiste en inyectar material aislante (como celulosa, lana de roca, fibra de vidrio o perlas de EPS con grafito) en las cavidades de muros, cámaras de aire, falsos techos o bajo cubiertas. El material rellena completamente estos espacios, creando una barrera térmica continua que minimiza las pérdidas de calor en invierno y las ganancias en verano.
La principal vía por la que se escapa el calor de una vivienda mal aislada es a través de sus muros exteriores, tejado y suelo. El aislamiento insuflado ataca directamente este problema, reduciendo la transmitancia térmica (la cantidad de calor que atraviesa un material) de la envolvente del edificio. Al mantener el calor dentro, el sistema de calefacción necesita trabajar menos tiempo y con menor intensidad para alcanzar y mantener la temperatura de confort deseada.
El Porcentaje de Ahorro: Una Cifra Variable pero Significativa
La pregunta del millón: ¿cuánto se reduce la factura? Si bien no existe una cifra única válida para todos los casos, los estudios y la experiencia de empresas instaladoras y usuarios sugieren que el aislamiento insuflado puede reducir el consumo energético destinado a calefacción entre un 25% y un 50%. En algunos casos, especialmente en viviendas muy antiguas y sin ningún tipo de aislamiento previo, este porcentaje podría incluso ser superior.
Es importante destacar que este rango es amplio debido a múltiples factores que influyen en el resultado final:
- Estado Previo del Aislamiento: Una vivienda sin aislamiento alguno o con un aislamiento deficiente o deteriorado experimentará un ahorro mucho más notable que una con un aislamiento preexistente medianamente aceptable.
- Tipo de Vivienda y Geometría: Pisos intermedios en bloques suelen tener menos pérdidas que áticos, bajos o viviendas unifamiliares, que tienen más superficies en contacto con el exterior. El tamaño y la forma de la casa también influyen.
- Zona Climática: En regiones con inviernos más fríos y largos, el impacto del aislamiento en la factura de calefacción será más acusado, ya que el sistema de calefacción opera durante más tiempo y a mayor intensidad.
- Calidad de la Instalación: Una correcta aplicación del material, asegurando que se rellenan todas las cavidades sin dejar puentes térmicos, es fundamental. Por ello, siempre se recomienda recurrir a profesionales cualificados.
- Material Aislante Elegido: Aunque todos los materiales insuflados homologados ofrecen buenas prestaciones, pueden existir ligeras diferencias en su capacidad aislante (conductividad térmica) o en su adaptación a ciertas condiciones.
- Otros Elementos de la Vivienda: La calidad de las ventanas y puertas, la existencia de puentes térmicos no tratados en otros puntos, o los hábitos de ventilación también juegan un papel. El aislamiento insuflado es una parte muy importante, pero la eficiencia energética es un concepto global.

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Más Allá de la Calefacción: Beneficios Adicionales
Si bien la reducción del consumo de calefacción es el gancho principal, el aislamiento por insuflado ofrece otras ventajas:
- Ahorro en Refrigeración: De la misma manera que impide la fuga de calor en invierno, dificulta su entrada en verano, reduciendo la necesidad de aire acondicionado.
- Mayor Confort Térmico: Se eliminan las corrientes de aire frío y las paredes frías al tacto, creando una sensación de confort homogénea en toda la casa.
- Aislamiento Acústico: Muchos materiales insuflados, como la celulosa o la lana de roca, también ofrecen una mejora en el aislamiento acústico frente a ruidos exteriores o entre estancias.
- Sostenibilidad: Al reducir el consumo energético, se disminuyen las emisiones de CO2, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático. Además, algunos materiales como la celulosa provienen de papel reciclado.
- Rápida Amortización: La inversión inicial se recupera en pocos años gracias al ahorro continuado en las facturas energéticas.
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Conclusión: Una Inversión Inteligente
Invertir en aislamiento insuflado es una de las decisiones más inteligentes que un propietario puede tomar para mejorar la eficiencia energética de su hogar. Si bien el porcentaje exacto de reducción en el consumo de calefacción dependerá de las particularidades de cada vivienda, es realista esperar ahorros significativos, generalmente entre el 25% y el 50%. Este ahorro no solo se traduce en un alivio para el bolsillo, sino también en un mayor confort, una menor huella ecológica y un aumento del valor de la propiedad.
Para obtener una estimación precisa, lo ideal es ponerse en contacto con expertos en este tipo de aislamiento térmico para que evalúe las necesidades específicas de tu hogar.
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