la celulosa para el aislamiento por insuflado

La celulosa en el aislamiento por insuflado

En un mundo cada vez más consciente de la necesidad de la eficiencia energética y el confort en el hogar, el aislamiento térmico se ha convertido en un pilar fundamental de la construcción y la rehabilitación de viviendas. Entre las diversas opciones disponibles, el insuflado de celulosa destaca como una solución eficaz, ecológica y versátil. Este método consiste en rellenar las cámaras de aire existentes en paredes, techos, e incluso bajo cubiertas, con celulosa, un material derivado principalmente de papel de periódico triturado y tratado con sales de bórax para potenciar sus propiedades.

El resultado es una envolvente térmica continua y homogénea que minimiza drásticamente las pérdidas de calor durante el invierno y la ganancia de calor en verano. Esto no solo se traduce en una mejora sustancial del confort térmico interior, sino también en un ahorro significativo en las facturas de energía destinadas a calefacción y refrigeración.

¿En qué consiste el proceso de insuflado de celulosa?

El aislamiento mediante insuflado de celulosa es un proceso relativamente rápido y limpio, que generalmente se completa en uno o dos días, dependiendo del tamaño de la vivienda y la complejidad de la intervención. Se puede desglosar en tres fases principales:

  1. Preparación y Evaluación:
    El primer paso es una inspección técnica detallada de la vivienda. Un profesional cualificado evaluará la estructura, identificará las cámaras de aire susceptibles de ser rellenadas y determinará la cantidad de celulosa necesaria. Se planificarán los puntos de acceso a estas cámaras, que suelen ser pequeños orificios estratégicamente ubicados para minimizar el impacto estético y estructural. Esta fase es crucial para asegurar una correcta distribución del material y la máxima efectividad del aislamiento.
  2. Insuflado del Material:
    Una vez preparada la zona, se procede al insuflado propiamente dicho. Se utiliza una máquina especializada que desmenuza y bombea la celulosa a través de una manguera. El operario introduce la manguera en los orificios de acceso y la máquina impulsa la celulosa a presión, rellenando completamente todos los huecos y rincones de la cámara de aire. Es fundamental que el material se distribuya de manera uniforme y con la densidad adecuada para evitar puentes térmicos y asegurar un rendimiento óptimo. La habilidad del instalador es clave para garantizar que no queden espacios vacíos.
  3. Cierre y Acabado:
    Una vez que todas las cámaras de aire han sido rellenadas satisfactoriamente, se retira la manguera y se procede a cerrar los pequeños agujeros de acceso. Este sellado se realiza de forma discreta, utilizando materiales que se integren con el acabado existente de la pared o techo, dejando la superficie prácticamente intacta y lista.
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Beneficios destacados del aislamiento con celulosa insuflada

La popularidad creciente de la celulosa insuflada no es casualidad, ya que ofrece una serie de ventajas significativas:

  • Mejora Térmica Excepcional: Es su principal baza. La celulosa tiene una baja conductividad térmica, lo que la convierte en una barrera eficaz contra la transferencia de calor. Reduce las pérdidas energéticas hasta en un 30-40%, manteniendo la casa más cálida en invierno y fresca en verano, y disminuyendo la dependencia de los sistemas de climatización.
  • Aislamiento Acústico Superior: Además de sus propiedades térmicas, la densidad y la estructura fibrosa de la celulosa le confieren una excelente capacidad de absorción acústica. Reduce notablemente la transmisión de ruido aéreo proveniente del exterior (tráfico, vecinos) y también el ruido interior entre estancias.
  • Regulación Natural de la Humedad: La celulosa es un material higroscópico, lo que significa que puede absorber y liberar humedad ambiental sin perder sus propiedades aislantes. Esta capacidad «transpirable» ayuda a regular la humedad relativa interior, previniendo problemas de condensación y la consiguiente formación de moho, contribuyendo a un ambiente más saludable.
  • Compromiso Ecológico y Sostenibilidad: Producida a partir de papel de periódico reciclado, la celulosa es uno de los aislantes más ecológicos del mercado. Su fabricación requiere mucha menos energía que otros materiales sintéticos. Es un producto reciclado y, al final de su vida útil, potencialmente reciclable, cerrando el ciclo de la economía circular.
  • Resistencia al Fuego: El tratamiento con sales de bórax no solo la protege contra insectos y roedores, sino que también le otorga notables propiedades ignífugas. En caso de incendio, la celulosa carboniza lentamente y no propaga la llama, ofreciendo una mayor seguridad pasiva a la edificación.
  • Durabilidad y Estabilidad: Si se instala correctamente por profesionales, el aislamiento de celulosa no se asienta, no se compacta ni pierde volumen con el tiempo, manteniendo sus prestaciones intactas durante décadas. Se estima una vida útil superior a los 30 años, a menudo igualando la vida útil del propio edificio.
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En conclusión, el aislamiento por insuflado de celulosa se presenta como una inversión inteligente para aquellos que buscan mejorar la eficiencia energética de su vivienda, aumentar el confort interior y optar por soluciones constructivas respetuosas con el medio ambiente. Su capacidad para adaptarse a huecos existentes con mínima intervención lo convierte en una opción ideal tanto para rehabilitación energética de edificios antiguos como para obra nueva que busque altos estándares de sostenibilidad.

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